Amoniaco vs. Lejía para limpieza

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La lejía y el amoníaco son productos de limpieza económicos y efectivos. Estos limpiadores se pueden usar diluidos o de fuerza completa para limpiar eficazmente diferentes superficies o artículos. Son especialmente útiles para áreas y manchas difíciles de limpiar. Sin embargo, tenga en cuenta algunas diferencias para poder usarlas de manera eficiente.

Crédito: Buccina Studios / Photodisc / Getty Images

Productos de limpieza comercial

Muchos productos de limpieza comerciales incluyen amoníaco o lejía, pero puede combinarlos con agua para hacer su propia solución de limpieza.

Los peligros

El blanqueador y el amoníaco no deben combinarse para ningún propósito, ya que sus vapores combinados son tóxicos y posiblemente mortales. Tenga en cuenta que el detergente para lavavajillas y otros productos comerciales pueden contener lejía o amoníaco, por lo tanto, verifique los ingredientes antes de combinarlos.

Composición

El amoníaco está hecho de tres átomos de hidrógeno y un átomo de nitrógeno, mientras que el cloro, la sosa cáustica y el agua. La composición de los químicos hace que el blanqueador sea un desinfectante más fuerte, aunque ambos químicos matan los gérmenes.

Usos

El blanqueador se usa comúnmente en telas para aclararlas y aclararlas; Una solución de blanqueador diluido también se puede utilizar en platos y otras superficies duras. El amoníaco funciona eficazmente en superficies duras, incluidos el vidrio, los azulejos y la mayoría de las joyas (excepto las joyas de aluminio, las joyas pegadas y algunas joyas antiguas), y es un buen limpiador para la grasa.

Descoloramiento

El amoníaco limpia las superficies sin aligerarlas, mientras que algunos tipos de blanqueador causan decoloración o aligeramiento.

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