Cómo congelar remolachas frescas

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La remolacha es un tubérculo reconocido por su color rojo intenso. Son ricas en ácido fólico y alta en fibra. Congele remolachas frescas para preservar su sabor para comer después de la cosecha. Las remolachas crudas no se congelan bien, así que déles tiempo para hervirlas antes de congelarlas.

Crédito: PhotoObjects.net/PhotoObjects.net/Getty Images Corte los verdes antes de congelar las remolachas.

Paso 1

Retire las hojas de remolacha de los bulbos de raíz. Déjelos a un lado para prepararlos más tarde o deséchelos. Enjuague bien las remolachas para eliminar cualquier exceso de suciedad y suciedad.

Paso 2

Llena un caldero grande hasta la mitad con agua y colócalo en la estufa a fuego alto para que hierva.

Paso 3

Coloque las remolachas en el agua hirviendo y cocine hasta que estén tiernas. Las remolachas pequeñas pueden tomar de 25 a 30 minutos para cocinarse; espere de 45 a 50 minutos para remolachas grandes ...

Paso 4

Llena un tazón con agua fría y hielo.

Paso 5

Con la cuchara ranurada, mueva las remolachas de la olla al agua helada para que se enfríen.

Paso 6

Pela cuidadosamente la piel de la remolacha y corta las raíces y los tallos.

Paso 7

Rebane o corte en dados las remolachas y colóquelas en una sola capa sobre una bandeja para hornear. Coloque la bandeja para hornear en el congelador.

Paso 8

Retire la sartén del congelador después de aproximadamente una hora. Guarde las remolachas congeladas en una bolsa de plástico para congelar o en un recipiente para congelar hasta por un año.

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